Samy quiere ser mayor. Pronto cumplirá cuatro años y se enfada mucho cuando le tratan como a un bebé. Ya sabe ir al baño solo, beber zumo sin pajita, comer salchichas con kétchup y cascar los huevos para el bizcocho. Pero, aunque ya no es ningún niño pequeño, ¡a veces cuesta tanto renunciar a los mimitos de Mamá!

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